Hace años tuvo lugar una revolución en los desplazamientos en el exterior; ya no era necesario conocer los caminos de un país, porque una serie de satélites permitía saber (mediante GPS) nuestra posición en tiempo real. El mercado profesional dio una vuelta más a esta tecnología, y aparecieron los sistemas de posicionamiento RTLS (Real Time Location Systems) que podían utilizar señal GPS, RFID (Radio Frequency Identification) u otros mecanismos.
A partir de entonces, fue posible, desde un centro de control, seguir flotas, posicionar servicios de emergencia ante catástrofes, controlar personal o recursos críticos… Los dispositivos sabían su posición y además podían comunicarla.
Posicionamiento Interior
Pero ¿qué ocurre dentro de un centro de convenciones?, ¿y en el interior de un hospital o un almacén de logística? En esos entornos la señal GPS no es operativa. Una hoja de cálculo puede contener la información y posición de recursos materiales, pero es una manera poco eficiente de mantener un inventariado.
Rápidamente surgió la necesidad de los Sistemas de Posicionamiento Interior o IPS (Indoor Positioning Solutions), basados inicialmente en balizas pasivas que pronto evolucionaron a elementos activos que emitían periódicamente anuncios por radio, de forma que un simple terminal, al acercarse, podía obtener no solo su posición, sino también lecturas de temperatura, presión, etc.
La movilidad y actividad social como seres humanos se relacionaron con la tecnología RTLS y ahora alguien puede saber dónde estoy, cuánto tiempo permanezco inmóvil o hacia dónde me dirijo, incluso sin que lo sepamos nosotros. Y eso tan sencillo se convierte en una información muy interesante.
IPS e infraestructuras de red Wi-Fi
En la actualidad, la mayor parte de lugares en los que se desenvuelven nuestra vida y nuestras relaciones sociales tienen una cobertura de acceso Wi-Fi a invitados y todos tenemos un smartphone con Wi-Fi y/o bluetooh activos.
Los móviles, tablets, etc., con Wi-Fi activo transmiten constantemente paquetes «802.11 Probe Requests» de tipo broadcast donde se informa de:
- MAC Origen: la del dispositivo emisor.
- SSID de exploración: red Wi-Fi a la que se quiere conectar.
- Velocidades de datos que el dispositivo soporta, canal en uso, etc.
Esta emisión ocurre la mayor parte de las veces de forma desatendida por parte del usuario, incluso una vez asociado a una red Wi-Fi, ese proceso sigue activo, ya que la movilidad requiere de explorar constantemente la red para hacer roaming hacia otro AP, y siempre es necesario saber cuál facilita una mayor calidad de conexión.
El tráfico que se envía, obviamente, lo escuchan los APs (access points) APs del área en la que se encuentra el usuario, y a partir de ahí es fácil aplicar algoritmos de triangulación para aproximar su posición. Ahora solo es necesario que esos elementos de red faciliten los datos a un centro gestor, y dejar volar la imaginación sobre los informes y análisis que pueden obtenerse de un área determinada con usuarios activos en Wi-Fi, como por ejemplo:
– Rutas de personas y su estado: congestionadas, libres, dirección dominante, puertas de entrada, salida.
– Tiempos: de espera, de parada, de visita en una área, de tránsito, de velocidad.
– Áreas de concentración: alta densidad, deshabitadas.
– Frecuencia de visita a cada oficina, zona, departamento.
– Seguridad, gestión de emergencias y vías de escape.
Interacción con el usuario
Toda la información anterior puede filtrarse por fechas, campañas y zonas, permitiendo realizar análisis no solo en tiempo real, sino que los receptores de esa información pueden tomar decisiones en base a los hábitos de los usuarios, e incluso proponerles cambios o hacerles sugerencias. ¿Pero cómo…? Hasta ahora el usuario no ha hecho nada más que dejarse la interfaz Wi-Fi activada.
La mayoría de las personas que acceden a lugares con Wi-Fi gratuito se conectarán a la red y si lo desean, pueden instalarse una aplicación específica del lugar o centro en el que se encuentren. ¡Es en ese momento cuando ocurre el milagro! se facilita todavía más información al observador y a la vez se pueden obtener ventajas que fidelizan al usuario como cliente. Ejemplos:
- Notificaciones personales y ofertas adaptadas al perfil de compra del usuario.
- Autoregistro en la cita del médico y tiempo aproximado de espera de visita
- Autoguía hacia las salas de una feria, centro de negocios o de un museo.
- Reconocimiento automático de clientes en una oficina bancaria, el gestor personal del cliente sale a recibirle sin que éste haya sido anunciado.
Ahora ya es posible ver algunos de los beneficiarios de esta tecnología:
- Hospitales, centros de educación, museos.
- Ferias, centros de convenciones, hoteles y restaurantes.
- Corporaciones multibranch con atención personalizada, centros comerciales.
Toda la información obtenida y los análisis efectuados consumen un recurso que seguramente ya está disponible en el lugar: la infraestructura de red Wi-Fi, y aunque la precisión inicial en la localización pueda ser baja, unos 20-30m respecto los 5-10 del GPS, un estudio previo de cómo colocar los APs, el conocimiento del mapa de la zona y algoritmos aplicados a esos mapas, pueden permitir tener precisiones mucho más ajustadas incrementando la validez de los informes generados.
En el caso de ser necesaria más precisión existe una solución basada en bluetooh de baja energía (BLE), los famosos “beacons”. Pero eso es otra historia.
Teldat tiene en cuenta el potencial de estas tecnologías de cara a sus clientes, y considera muy importante el desarrollo de estas soluciones de movilidad como apoyo a un sector al que se le augura un alto crecimiento en el mercado durante los siguientes años.